Soy torpe Tengo dos años. Estoy en casa de mi abuela, en el piso de abajo, ella en el de arriba. Me ha dejado sola un segundo en el patio. Tiene que subir a coger algo en el piso de arriba. Oye un grito. Soy yo. Subo las empinadas escaleras con la cara cubierta de sangre y el terror detrás de mis ojos se traslada de un salto detrás de los de mi abuela. Me he caído y me he dado justo en el único sitio en el que me podía hacer daño, la pata oxidada del balancín, contra el que fue a aterrizar mi frente, mi entrecejo. Conservo una…
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No soy Hemingway
Cuando llevas un tiempo asistiendo a talleres literarios ocurren dos cosas. Por un lado, que ves cuáles son sus límites, ya no hay engaño posible. Sabes qué tipo de comentarios vas a recibir cuando presentas un texto, sabes qué tipo de comentarios vas a dar cuando te leen un texto, sabes qué puedes aprender y qué no, qué es bien recibido y qué hace que el grupo frunza el ceño. Dicho esto, si entendemos la literatura como un acto colectivo, como dice Fabián Casas, que primero se gesta entre un grupo de creadores y luego alcanza su expresión máxima en la intimidad entre el autor y el lector, los talleres…
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Mala madre
Aunque me da vergüenza confesarlo, no puedo negar que muchas veces me asalta el sentimiento de culpa materno, ese horrible crujido de tripas que te dice que no eres suficientemente buena como madre. Y, sí, no importa cuántos libros sobre feminismo hayas leído, ni importan las horas que hayas dedicado al autoconocimiento, al yoga o a la meditación, lo cierto es que, en muchas ocasiones —más de las que me gustaría—, siento que no lo hago bien. Esto siempre se agudiza cuando te sumes en el terrorífico mundo de la comparación, cuando miras a tu alrededor y parece que cualquier madre es mejor que tú, más cuidadosa, más responsable, más…
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Girasoles y lantanas
Hace unos días Candela trajo a casa un vaso de plástico que hacía de maceta con un tallo que había germinado de las semillas que había plantado en el cole. Es un girasol, me dijo, y puede llegar a medir metro y medio de alto. Lo colocó en una de las estanterías del salón, sobre un plato de plástico naranja cortesía del Ikea y allí estuvo durante varios días. Lo regó unas cuantas veces, pero no se le ocurrió —ni a mí tampoco— que el girasol necesita sol y que en ese estante solo recibía luz, pero no sol directo. Al cabo de unos días se marchitó. Lo sacamos al…
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El mundo hoy
Me levanto cuanto aún es de noche y pongo una taza de agua a calentar en el microondas. Me acerco hasta la mochila que me llevo al trabajo porque recuerdo que allí dejé una bolsita de rooibos especiado que me regaló mi amiga Victoria. Lleno la bolita metálica de hebras aromáticas y la sumerjo en el agua, que la acoge con entusiasmo, inundándola, haciendo que espirales de agua coloreada se expandan de abajo arriba por todo el recipiente. Rodeo la taza con las manos porque me gusta sentir el calor del agua hirviendo a través de la cerámica. Salgo al balcón. Los pájaros de mi barrio ya han empezado a…
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Cuando no pasa nada
Dicen que la ausencia de noticias son buenas noticias, y esto, que puede ser verdad en algún contexto, no es verdad cuando una trata de escribir sobre las cosas de la vida. En este caso es mejor que pasen cosas, que la vida se llene de anécdotas, de pequeños gestos que podrían resultar insignificantes, pasar desapercibidos para otros, pero no para la escritora, que luego puede jugar con ellos, deformarlos para darles vida en forma de historias. Leía hace unos días a Pedro Mairal redundando en esta idea, confesando que él necesita que le pasen cosas para poder escribir. ¿Es ese también mi caso? ¿Puedo escribir a pesar de tener…
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Ser otra
Empecé a escribir cuando era una niña. Solía componer poemas y creaba obras de teatro con mi prima que luego interpretábamos para la familia en Nochebuena. Soñaba con ser escritora de mayor, aunque nunca lo dije. Nadie supo de mi oculta vocación hasta que fui adulta y una persona que pasó por mi vida de forma tangencial se convirtió en la primera testigo de mis aspiraciones secretas. Era la madre de un alumno. Desde que nos conocimos conectamos. Nos caíamos bien y disfrutábamos de charlar un rato siempre que teníamos ocasión, pero no puedo decir que fuera mi amiga, nunca llegamos a ese grado de confianza y complicidad. Un día,…
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Amor por los libros
El sábado por la mañana salimos Candela y yo de camino a la librería. Ella quiere comprar un tomo de Isadora Moon, pero de los gordos, me aclara. Yo, como siempre que voy a una librería, prefiero dejarme sorprender, aunque tengo varios títulos en mente. Las calles están animadas. Mucha gente ha decidido salir de compras. Se agolpan en la droguería, suben por Juan Carlos I en distintas direcciones, a la zapatería, a la tienda de medias, a alguna de las tiendas de ropa. Nosotras tomamos la bocacalle después de la lencería, ahí, enfrente de una de esas tiendas de segunda mano en las que puedes encontrar cualquier cosa, se…
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Un paseo por el parque
Los niños se agolpan alrededor de la niña más alta. Supongo que es la mayor. Debe de tener unos ocho años. Es rubia y lleva dos abultadas coletas de pelo rizado. Sostiene en alto un gran recipiente translúcido lleno de agua negruzca. Es el agua que acaba de recoger del pequeño lago que hay en el parque del río que pasa sucio y casi seco por mi pequeña ciudad. Está rebosante de renacuajos. Todos los niños la observan curiosos, revolotean, intentan acercarse, coger el recipiente. Se ha erigido como heroína, quizás contra su voluntad, —aunque, por otra parte, a quién no le agrada que lo admiren— por poseer el cubo…
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Cuestión de privilegio
Arabella, escritora que tiene que realizar trabajos precarios para poder sobrevivir, se ve forzada a aceptar un trabajo para una empresa de productos veganos a la que llega de la mano de una de sus compañeras del grupo de apoyo a mujeres víctimas de agresión sexual. En principio, su trabajo iba a consistir en hacer llamadas, tal y como le había comentado su compañera, pero nada más entrar, el CEO, que en ese momento se encuentra leyendo un informe con estadísticas sobre el bajo consumo de productos veganos por parte de la población negra y de color, se acerca a ella para ofrecerle que, en vez de dedicarse a las…
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Lo que hemos aprendido
Tengo una hija y, como supongo cualquier madre, hay determinadas lecciones que no quiero que se pierda. Supongo que una selecciona, de entre la inmensidad de cosas por aprender, aquellas que considera imprescindibles para formar a un buen ser humano, y esas las repite sin cesar. No soy una madre muy insistente; al contrario, me gusta darle cancha, toda la que puedo. Sé que muchos me juzgan negligente, porque mi hija puede aparecer en el parque en tirantes en pleno febrero o ir al colegio con pinta de Punky Brewster, pero yo soy permisiva por convicción, no por dejadez. A pesar de mi convencida posición entre los progenitores con manga…
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Amy, Amy, Amy
Suena Amy. Hoy me he despertado con muchas ganas de escuchar a Amy. Five story fire as it came. La escucho y me acuerdo de cuando empecé a escucharla. Me acuerdo de mi historia y me acuerdo de la suya. Tengo que mirar qué año era cuando escuché y vi por primera vez a Amy, cantando Rehab en la MTV. Corría el 2006. Qué lejos queda. Me enamoré al instante de ella. Yo crecí escuchando a las divas. Supongo que ya de pequeña me maravillaba ver y escuchar a mujeres poderosas. Cuando crecí descubrí a las grandes, a Ella, a Sarah, a Billie, a Nina. Y ahora ahí estaba ella,…
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Pongamos un título a este día
Este no es el primer blog que comienzo. Cuando inicié mi andadura como autónoma en el mundo del marketing, años ha, también hice mi primera incursión en el mundo del blogging. Tuve varios blogs y con cada uno de ellos me atreví a dar un paso más en cuanto a hacer lo que yo quería, en vez de lo que se suponía que tenía que hacer en un blog de empresa. Recuerdo que los primero artículos que publiqué eran muy académicos y correctos. Eran los artículos que publicaría cualquier agencia de marketing y publicidad, poco memorables. Luego me aventuré a hacer algo más personal y comencé a publicar artículos sobre…
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En el día de la mujer mundial
Me produce cierta vergüenza cuando oigo en las tertulias decir y repetir que el virus no entiende de clases ni de condición. Parece que de verdad se lo creen y parece, como en el caso de tantas otras mentiras propagandísticas, que quieren que nosotras nos lo creamos. El virus entiende de clases y se ceba con quien menos tiene, con quienes tienen peor acceso a los sistemas de salud, con aquellos que viven en viviendas más precarias, con los que no tienen la suerte de poder teletrabajar y tienen que subirse a un metro o un autobús atestado cada mañana. Sabemos, también, que quienes más sufren la pobreza en este…
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Días lentos
Me gustan los días que transcurren lentos y pesados, los días en que no pasa nada y puedo decidir qué hacer a cada minuto. Esos días en que de verdad soy la dueña y me muevo poniendo conciencia en cada tarea que hago. Desde que empezó este año he intentado llenar mis semanas con más días de esos, meditada e intencionadamente. Organizo mi trabajo para disponer al menos de un par de mañanas libres en las que poder escribir, y pensar, y leer, y escribir un poco más. También he simplificado mis ambiciones. Es imposible que en esta vida, por muy longeva que sea —y muchas sabéis que aspiro a…
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Una dosis de frivolidad
Estoy convencida de que cuando pase la pandemia viviremos unos nuevos felices años veinte. Hedonistas, creativos, despreocupados. Solo espero que no acaben como los del siglo pasado con el advenimiento del fascismo. Pero ese es otro tema. Me parece que en estos tiempos raros a todos se nos ha puesto el gesto serio y solemne. Hemos asumido, en mayor o menor medida, nuestro puesto como miembros de la policía del karma y no dudamos en juzgar y denunciar si es preciso a todos los que no cumplen como es debido con nuestra responsabilidad ciudadana de ser buenos y obedientes. Señalamos con el dedo a quienes no llevan mascarilla o no…
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La vida esperando
Me he pasado la vida esperando. Iba a empezar este texto diciendo que tengo la sensación de haberme pasado la vida esperando, pero no, no es una sensación, es la realidad más cruda. Cuando era niña vivía en el presente, porque los niños no saben vivir de otro modo, pero siempre pensando que algún día sería libre, algún día futuro, cuando fuera mayor, podría ser quien quisiera ser. Entonces no tenía ni idea de lo tirano que es el futuro, que nunca llega; al igual que el horizonte, no existe, aunque en nuestros mapas mentales le demos carta de realidad física. Supongo que una empieza de verdad a proyectarse en…
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La mala artista
Ocurre a menudo. En un museo de arte moderno, los comisarios seleccionan una serie de obras representativas de un determinados movimiento, o contexto o momento histórico. Lo preparan todo para que los espectadores se deslicen con fluidez de una obra a la siguiente. Poco importa que no entiendan nada, poco importa que ni siquiera estén allí para eso. De repente, un espectador díscolo se desvía de la línea trazada —suponemos que sin ser consciente de hacerlo— y traza un camino alternativo. Llega ante el carrito del personal de la limpieza o ante el extintor del recinto, y se para allí, a contemplar lo que no debe. No tardará alguien en…
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Nuestros Nombres
Cómo nombramos las cosas es nuestra forma racional de dotarlas de identidad. Podríamos discutir si es cierto eso de que solo podemos pensar aquello que podemos nombrar, pero no es objeto de este texto entrar en el debate filosófico. Sí querría, sin embargo, hacer hincapié en la importancia del nombre como amalgama de todos los significados y connotaciones que le otorgamos a los objetos. Si es importante el nombre que le damos a objetos y conceptos para ir construyendo nuestra visión del mundo, tanto más lo es el nombre con el que nos referimos a una persona. Esos nombre que en su mayoría no elegimos, sino que nos vienen dados,…